Hace seis años, Paul Mason pesaba 450 kg y era una de las personas más pesadas del mundo. Vivía postrado en cama, aislado y dependía de la comida a domicilio, usando los videojuegos para evadirse de la realidad. Su historia captó la atención de los medios y apareció en un documental. Una mujer llamada Rebecca vio el documental, le escribió y comenzaron a escribirse. Su conexión se convirtió en amor, y Paul decidió cambiar de vida. Tras seis años de dieta estricta, cirugías y un esfuerzo incansable, perdió 305 kg. Ahora, con 120 kg, Paul está irreconocible.